Con la activa participación y apoyo de voluntarios como Cuauhtémoc Roa, hermano del profesor Américo que labora en la escuela. Él, desde un principio agarró pico y una pala, lo criticaron por hacer hoyos entre piedras, pero con alma de visionario, pudo apreciar que ahí se puede hacer un gran parque, comenzando con una forestación real, desde su lugar de trabajo y escuela con la que esta encariñado.
Cabe aplaudir el gran trabajo para plantar árboles, ya que fue necesario utilizar herramientas neumáticas para poder abrir las laderas de piedra y sembrar árboles, así como un diseño delicado para la planeación cuidadosa del paisaje.
Es un gran esfuerzo de los profesores, pero necesario destinar recursos especiales a estos proyectos porque representan un gran impacto social como política pública de forestación aplicada en el mensaje que se transmite hacia la comunidad estudiantil, con la intención de que despierte ese interés en los niños y se sumen a la forestación de la ciudad, contribuyendo con todo lo que significa plantar un árbol.
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